diciembre 20, 2019

Gracias!

Historias

Esta es la última foto de mi cámara.

Alguien tomó todo lo que debo.
Todo mi equipo de fotografía.
Me tomó años tener el equipo.
Sólo bastaron unos minutos para perderlo.

Aunque todo sucedió, nunca me sentí triste ni enojado.
Por supuesto, fue el shock más grande de mi vida entrar a casa y no ver mi computadora, mi cámara, mis lentes y el disco duro externo de todas mis fotos.

Pero no guardé esta emoción. Inmediatamente comencé a pedir ayuda e investigar para encontrar al ladrón.
La ayuda que recibí fue inmensa! En esos momentos difíciles sabes quiénes son tus verdaderos amigos.

Aprendí de una famosa filosofía llamada “estoicismo”, que no podemos tener control sobre los eventos externos.
Pero tenemos control total sobre nuestro interior, sobre cómo reaccionamos, sentimos y pensamos.

Todavía tengo fe en recuperar mis cosas: gracias a mis amigos más cercanos y sus conexiones, muchas personas se involucran en la búsqueda de mis equipos.

E incluso si no recupero mis cosas, sé que puedo empezar de nuevo.

La fotografía me dio mucho en mi vida. Me cambió, me conectó con personas increíbles, me hizo feliz y me permitió apreciar más la vida.

La fotografía tuvo un impacto en mí y me dio un propósito en la vida. Y nadie puede robar eso.

No siento enojo ni tristeza.

Siento gratitud porque la fotografía me encontró. Y gratitud por los amigos que me ayudaron.

La gente puede robar mis cosas, pero no mi felicidad.

Aunque ahora no tengo nada, siento que alcanzaré mis objetivos más rápido.

Estoy aún más motivado ahora.

Pronto escribiré aquí cómo este desastre me ayudó a alcanzar mis objetivos más rápido.

Gracias!

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